Lunes 5 pm me dirijo a la Universidad en carro el Chino se ofreció a dejarme allá, después de un día largo debo entregar un trabajo de virtualización de servidores en grupo, el avance real del trabajo es del 0 camino al aula donde debemos entregar el trabajo mientras se instala el motor de virtualización pienso porque me toca siempre hacer estas cosas con tan poco tiempo.
Llegan el resto de compañeros que deben presentar la tarea, nadie la tiene completa el profesor nos informa que regresa en una hora y media y se va del aula, llega Maga una de mis compañeras de grupo seguro que ella habría hecho el trabajo sino estuviera como yo sin tiempo, me mira y me pregunta que cuanto me falta, le contesto que casi todo se sienta junto a mí y me ayuda a instalar los S.O. en las maquinas virtuales.
Media hora después llegan los otros dos de nuestro grupo y preguntan que podemos hacer – “Den instalando y corriendo el demonio del servidor de archivos”- me miran con cara de perdidos dejo a maga con los S.O. y lo hago yo.
Levantado todos los S.O. herramientas administrativas y servicios (corriendo de máquina a máquina saltando los bultos de los otros dos compañeros de grupo), logramos conectar los equipos asignar direcciones físicas y dejar todo listo el único problema la laptop que emulaba estaba sobre un case literalmente bailando así que le di el único uso posible a uno de lso compañeros restantes accesorio de oficina –“Sosten esta máquina y que no se te caiga”.
En el instante en que el profesor decía –“Bueno señores me voy”- le logramos presentar todo funcionando y obtuvimos la calificación necesaria para pasar.
Una hora y media de esfuerzo nos demostró dos cosas:
- Hay gente en sistemas que no nació con lo necesario o no quiere investigar como para instalar un demonio en Linux.
- Hay gente que es estupendos accesorios de oficina, pero pésimos compañeros de grupo de trabajo
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